Novela negra.
Me ha dado por leer novela negra o policiaca. En realidad, siempre me ha gustado, pero llevo unos seis meses que es lo que más leo. Y aquí debo hacer una distinción que no sé si es académica, pero es mía. No es lo mismo novela negra que novela policiaca. Me explico. Lorenzo Silva y su sargento Bevilaqua, así como Chamorro, no son personajes de novela negra. Desde mi punto de vista, y vuelvo a subrayar que es de mi cosecha, lo que leo cuando tengo en mis manos una novela de estos dos guardias civiles, es policiaca. Sin embargo, Alexis Ravelo y sus tramas canarias son novelas negras. La diferencia, al menos para mí, está en los personajes, principalmente. Para que sean de novela negra creo que hay que tener en cuanta varias cuestiones. La primera, que los personajes sean muy marcados. Peculiares en sus formas, habla y vida; un poco marginal, para ser clara. Bevilaqua no es así, al menos para mí. Es una especie de filósofo vestido de verdad y tricornio. Pero no es un personaje al que se le pueda calificar como de bajo fondo o de esa marginalidad que antes hablaba. Es un picoleto veterano, con dotes de investigador, recursos que son reales a lo que hoy nuestra Benemérita estila y una pizca de humor negro o causticidad, con la que Lorenzo Silva ha caracterizado a este personaje tan bien trazado.
En las novelas de Alexis Ravelo, por ejemplo, los protagonistas son hampones, prostitutas, merineros pensionistas, canallas de barrio, buscavidas, narcos de pocos pelos o policías corruptos. Es decir, bebe de las fuentes de los clásicos norteamericanos como Hammett, Chandler, Burnett, Westlake, Mosley, Himes, Thompson, Block, Lehane, Sallis...
Y lo cierto es que ambos tipos de lectura me gustan. No sé si uno más que otro. Me debato siempre entre la realidad trasladada al papel de Bevilaqua y Chamorro o los estereotipos de malotes que discurren en las páginas de Ravelo. Una, la primera opción, me da esa sensación de que estoy leyendo lo que bien pudiera pasar en una investigación de asesinato por la UCO de la Guardia Civil. Lo otro me transporta a ese submundo de la ilegalidad o marginalidad que siempre tiene y tendrá, un atractivo innato para el lector.
En fin, queridos, que os quería contar lo que ahora me ha dado por leer y que muchas noches, cansada por el trabajo (el puto COVID que no deja de crear bajas laborales) me refugio en mi cama con el iPad, un buen libro o el lector de Kindle. Pero con novele negra. O policiaca.
Besos, corazones.
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