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Mi estrés postvacacional

Actualizado: 24 oct 2023


Al parecer, el estrés postvacacional es el conjunto de síntomas que padecemos al incorporarnos al puesto de trabajo tras las vacaciones. Los síntomas suelen ser psicofísicos, es decir que se manifiestan tanto en el estado del ánimo como a nivel físico, generando malestar general. Los principales síntomas son el cansancio, apatía, irritabilidad, falta de concentración, desmotivación, dolor de cabeza, alteración del sueño, dolor muscular, etc. Suele durar como mucho 2 ó 3 semanas. Pero si el malestar perdura en el tiempo se puede generar un trastorno de ansiedad o depresión.

Os cuento... por mi trabajo, sufrida autónoma consultora de marketing estratégico, digital y cosas varias, no me puedo permitir tener un mes de vacaciones. Me voy a Marbella, como ya sabéis, y estoy unos quince días, más o menos. Y, todas, todas, todas, las mañanas (salvo los sábados y domingos) han caído un par de horas de curro. No es de un trabajo continuado ni excesivo, pero sí de control o seguimiento. Por ejemplo, a un cliente nuevo que hemos conseguido en la agencia el mes de julio, había que irle creando una estrategia de captación en su web. Pues servidora ha sido quien se ha ocupado de que todo fluyera de forma razonable y sin sobresaltos. Objetivo cumplido.

Y debo confesar que otros años sí que he podido desconectar algo más, pero siempre he tenido que hacer algo u ocuparme de algún tema que se ha quedado algo enganchado o que necesitaba de rematar. Mi jefamiga confía en mí y como ella hace lo mismo, pues me presento voluntaria.

¿Qué tiene que ver eso con el síndrome postvacacional? Pues que yo no me puedo permitir el lujo de padecerlo. Así de simple. Para empezar, porque nunca desconecto del todo. Lo segundo, porque cuando regreso a la oficina, siempre hay trabajo que hacer. Y lo tercero, porque me parece de flojos. Dicho sea esto con todo el respeto. Sí es verdad que empiezas de forma más suave, saludas a la gente, cuentas tus vacaciones en la máquina del café, incluso hay quien te da pelos y señales de los ligues veraniegos... Hay de todo, la verdad. Pero de mis compañeros de oficina, ninguno se pasa dos semanas con (cito frase de arriba) "...cansancio, apatía, irritabilidad, falta de concentración, desmotivación, dolor de cabeza, alteración del sueño, dolor muscular..."

Simplemente, vamos llegando de forma escalonada, nos saludamos, nos gastamos alguna broma, incluso comemos juntos para ponernos al día... Pero al segundo día estamos dando el callo de una forma normalizada. Nunca he tenido ese estrés postvacacional. Ni lo he visto en compañeros o amigos. ¿Por qué la televisión, los medios y hasta algún político se empeña en decirnos que existe y que tenemos que reincorporarnos de forma escalonada, subiendo la intensidad del trabajo gradualmente y sin presiones de jefes o clientes? Dicho de otra forma, ¿en qué mundo viven? El cliente paga por un servicio y debe tenerlo igual en septiembre, agosto u octubre.

Pues eso, queridos, que llevo desde el 20 de agosto currando y del verano solo me queda el recuerdo de mi querida Marbella y el moreno. Eso sí, preciosos. Los dos.

Muak, queridos.

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